Crónicas mafiosas by Joan Queralt

autor:Joan Queralt [Queralt, Joan]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2005-11-01T00:00:00+00:00

II

Primero se deslegitima el pool y se interrumpe su trabajo. No se quiere que la brillante acción judicial que ha comenzado a atacar al brazo militar de Cosa Nostra alcance el umbral de la política y de las complicidades entre la organización y el poder político.

No obstante, mientras estén vivos, Falcone y Borsellino, empeñados en llevar adelante sus eficaces métodos de investigación, supondrán un grave peligro. Pese a todos los obstáculos, a todas las dificultades que encuentran, de la mano de Falcone y Borsellino, y de otros magistrados, las encuestas judiciales avanzan: se investigan los llamados colletti bianchi, los insospechados cómplices de la mafia, las conexiones internacionales de la criminalidad organizada, se indaga sobre sus patrimonios, sobre las complicidades que habían consentido el desarrollo del sistema criminal.

A finales de 1991, Riina, decidido a poner en práctica su mayor desafío al Estado, resuelve cumplir con el siempre demorado asesinato de los dos magistrados, sin duda los dos principales enemigos de Cosa Nostra.

Con la eliminación de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino en 1992 desaparecen no sólo dos símbolos de la magistratura y de la batalla por la legalidad. Desaparece también un método y una posibilidad real de organización a nivel nacional. Un riesgo enorme, desde la óptica de Cosa Nostra, que conoce perfectamente la voluntad y el interés de ambos magistrados por crear y afirmar nuevos instrumentos operativos capaces de mejorar la eficacia de la acción contra la criminalidad mafiosa.

Pero si bien es cierto que, efectivamente, tras la muerte de Falcone, por ejemplo, la acción investigadora y judicial internacional se detiene, las requisitorias internacionales son definitivamente bloqueadas y Estados y bancos impondrán una férrea cortina de silencio, asegurando que los patrimonios de los financieros mafiosos sigan ocultos, el asesinato de los dos magistrados provocará, en primera instancia, la primera gran derrota militar de Cosa Nostra.

La espiral de violencia desencadenada irracionalmente por la estrategia absolutista de Riina ha ido creciendo a lo largo de los últimos años, alimentada por su idea de confrontación con el Estado. Acosado por sectores de una magistratura independiente del poder político y convencido de haber sido traicionado por sus cómplices políticos, incapaces de mantener sus compromisos y sus garantías de impunidad, Riina cree que puede poner de rodillas al país y a sus instituciones y tensa la cuerda hasta que, a principios de 1992, tras la confirmación de la sentencia del maxiproceso, Cosa Nostra declara la guerra al Estado italiano y la cuerda finalmente se rompe.

La declaración formal de las hostilidades tiene como punto de partida el 12 de marzo de 1992 y, como suele suceder con las acciones de la mafia, lleva implícito el mensaje institucional de la organización: quien no cumple, muere. La primera víctima del desafío mafioso es el democristiano Salvo Lima, el principal referente político de Cosa Nostra y el trámite con Andreotti. En mayo es asesinado Giovanni Falcone, el enemigo número uno de la mafia siciliana y la figura que simboliza la batalla del Estado por la reconquista de la legalidad. En julio cae Paolo Borsellino, su otro gran adversario y el hombre que, sin duda, está llamado a sucederle.

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